Las actividades sensoriales desempeñan un papel crucial en el desarrollo infantil, ya que estimulan los sentidos y ayudan a los niños a comprender mejor el mundo que los rodea. Según Piaget (1977), el aprendizaje a través de la exploración sensorial fomenta el desarrollo cognitivo, social y emocional, especialmente durante los primeros años de vida. Estas actividades también pueden ser una herramienta poderosa para fortalecer el vínculo entre padres e hijos y para promover la regulación emocional. A continuación, se presentan 10 actividades sensoriales detalladas que puedes implementar en casa con materiales accesibles.
1. Caja sensorial de arroz o pasta
Llena un recipiente grande con arroz o pasta cruda. Agrega juguetes pequeños, cucharas y recipientes para que los niños los encuentren y manipulen. Esta actividad permite trabajar la motricidad fina y el sentido del tacto al explorar texturas y formas. Para hacerla más interactiva, puedes incluir elementos temáticos como animales de plástico o letras del alfabeto. Personaliza la experiencia utilizando arroz coloreado con colorante alimentario para hacerlo más llamativo.
2. Pintura con los dedos
Usa pinturas no tóxicas y deja que los niños pinten con las manos sobre papel o cartulina. Esto no solo fomenta la creatividad, sino que también permite a los pequeños explorar la textura de la pintura y mezclar colores. Para una versión más limpia, coloca pintura dentro de bolsas plásticas selladas para que puedan «dibujar» presionando sobre la superficie. Esta actividad también es útil para enseñar los conceptos de mezcla de colores primarios.
3. Juegos con espuma de afeitar
Extiende espuma de afeitar en una bandeja o mesa y deja que los niños dibujen con los dedos. Puedes agregar colorante alimentario para crear patrones coloridos. Esta actividad también ayuda a relajar a los niños y puede incluirse en rutinas terapéuticas para trabajar habilidades sensoriales y motoras finas. Si deseas un enfoque más educativo, los niños pueden practicar letras o números escribiéndolos en la espuma.
4. Exploración con hielo
Congela juguetes pequeños en cubos de hielo grandes. Proporciona cucharas, recipientes con agua tibia o cuentagotas para que los niños los liberen. Este ejercicio fomenta la resolución de problemas, la paciencia y la exploración del cambio de estados (sólido a líquido). También puedes usar colorantes para crear hielo de diferentes colores y enseñar mezclas de tonos cuando se derriten.
5. Búsqueda del tesoro en gelatina
Prepara gelatina y esconde juguetes pequeños dentro. Los niños pueden excavar para encontrarlos, lo que estimula el sentido del tacto al experimentar con una textura distinta. Además, esta actividad puede enriquecer el vocabulario al describir las sensaciones y colores de la gelatina. Puedes aumentar la dificultad utilizando utensilios como pinzas para sacar los objetos, lo que mejora la coordinación mano-ojo.
6. Sonidos con instrumentos caseros
Crea instrumentos musicales simples con materiales reciclados, como botellas llenas de arroz o latas vacías. Los niños pueden experimentar con los sonidos que producen al agitarlas o golpearlas. Esto fortalece el sentido auditivo y les permite explorar ritmos y patrones musicales. También puedes organizar un pequeño «concierto» para motivarlos a crear secuencias rítmicas y expresar sus emociones a través del sonido.
7. Pasta de sal para modelar
Prepara una masa casera mezclando harina, sal y agua. Los niños pueden modelar figuras y desarrollar habilidades motoras finas mientras exploran la textura de la masa. Hornear sus creaciones también puede enseñar conceptos básicos de temperatura y cambios físicos. Para hacerlo más divertido, puedes agregar colorante alimentario a la masa o incluir aromas como canela o vainilla.
8. Caminata sensorial
Crea un recorrido con diferentes texturas, como alfombras, papel burbuja, césped artificial o arena. Pide a los niños que caminen descalzos y describan las sensaciones que sienten en los pies. Este ejercicio también ayuda a mejorar el equilibrio y la coordinación. Puedes ampliar la actividad incluyendo estaciones donde los niños identifiquen los materiales usando solo el tacto.
9. Botellas sensoriales
Llena botellas plásticas transparentes con agua, aceite, purpurina, cuentas o pequeños objetos. Cuando los niños las agitan, observan el movimiento de los materiales dentro de la botella. Este ejercicio estimula el sentido visual y puede tener un efecto relajante. Puedes crear botellas temáticas, como «océanos» o «tormentas», utilizando diferentes colores y materiales.
10. Jardinería en miniatura
Proporciona tierra, macetas pequeñas y semillas para que los niños planten y cuiden sus propias plantas. Además de estimular el sentido del tacto y el olfato, esta actividad les enseña responsabilidad y conceptos básicos de ciencias naturales. Observar el crecimiento de las plantas también fomenta la paciencia y la conexión con la naturaleza. Puedes incorporar un diario de observación para que los niños registren el progreso de sus plantas.
Referencias Bibliográficas
- Piaget, J. (1977). The Development of Thought: Equilibration of Cognitive Structures. Viking Press.
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